¿Qué clase de personas realmente somos?

Autor: Jorge Bucay

 

 

Schopenhauer decía que la petición del Padre Nuestro de ¨no nos deje caer en la tentación¨ se podría considerar como una súplica para disponer las cosas de distinta manera que no debamos descubrir qué clase de personas realmente somos.


Cuentan que...un día en las puertas del cielo,se juntaron cientos de almas,que eran las que anidaban en los hombres y las mujeres que habían muerto ese día...


En la entrada al paraíso un ángel ordenaba el tráfico:¨ Vamos a formar tres grupos de huéspedes,a partir de la observancia de los diez mandamientos: El primer grupo,con aquellos que hayan violado todos los mandamientos alguna vez,júntensea mi derecha.El segundo grupo con aquellos que hayan violado por lo menos uno de los mandamientos alguna vez, reúnanse a mi izquierda.Y el último grupo,que suponemos será el más numeroso,compuesto por aquellos que nunca hayan violado ningún mandamiento,quédense en el centro frente a la entrada.¨


Todas las almas se desplazaron de derecha a izquierda...Casi todas...


Quedó en el centro sólo el alma que había sido de un hombre,que vivió toda su vida en el camino de los buenos sentimientos,pensamientos y acciones.El ángel se sorprendió,solamente una formaba el grupo de las mejores almas.


Pensando en la soledad y el aislamiento del alma buena,el ángel llamó a Dios para notificarlo.A los pocos minutos llegó la orden del supremo: ¨Aquellos que se arrepienten ahora serán perdonados y sus fallas olvidadas.Los que se arrepientan pueden volver a reunirse en el centro,con las almas puras.¨


Todos empezaron a moverse hacia el centro.¨¡Alto! ¡Injusticia!-gritó el que nunca había pecado-. Si yo hubiera sabido que iban a perdonar tan fácil,hubiera pecado de vez en cuando...!¨


Yo no tengo dudas de que la aseveración de Schopenhauer era sobre todo un llamado de atención,del mismo modo que este cuento lo es. Existen cientos de miles de personas que no especulan,que no necesitan del control de otros ni de promesas de recompensa para sus acciones bondadosas.No esperan ninguna retribución.Usted saque las conclusiones que desee,pero le puedo asegurar,porque lo he visto a lo largo de treinta años de profesión,que esas personas son las más afortunadas.