Perdonar emocionalmente

Autor:  Padre Ignacio Larrañaga 

 

 

El modo de perdonar emocionalmente es com­prendiendo. 
Si comprendiéramos, no haría falta perdonar. 
Piensa en tu «enemigo». En cuanto tu atención esté fija en él, aplícale las siguientes reflexiones. 
Fuera de casos excepcionales, en este mundo nadie ac­túa con mala intención, nadie es malo. Si él me ofendió, ¿quién sabe qué le contaron? ¿Quién sabe si estaba pa­sando una grave crisis? Lo que en él parece orgullo es timidez. Su actitud para conmigo parece obstinación pero es otra cosa: necesidad de autoafirmación. El pobre se siente tan poca cosa... A veces su conducta me parece agresiva; en realidad se trata de golpes secos para darse a sí mismo seguridad. 
Si es difícil para mí, mucho más difícil es para él mismo. Si con ese su modo de ser sufro yo, mucho más sufre él mismo. Si hay una persona en el mundo que desea no ser así, esa persona no soy yo, es él mismo. Le gustaría ser constante y es versátil. Le gustaría ser encantador y es anti­pático. Le gustaría vivir en paz con todo el mundo y siem­pre está en conflicto con todos. Le gustaría agradar a todos y no lo consigue. El no escogió ese modo de ser. 
Después de todo esto, ¿tendrá el «enemigo» tanta cul­pabilidad? ¿Qué sentido tiene el irritarse contra un modo de ser que él no escogió? No parece repulsa sino com­prensión. A fin de cuentas, ¿no seré yo el equivocado y el injusto con mi actitud y no él? ¿No pedimos todos los días la misericordia del Padre? 
Si. supiéramos comprender, el sol de la ira declinaría, y la paz, como sombra bendita, ocuparía nuestras estancias interiores.


Del libro "Muéstrame tu rostro", del Padre Ignacio Larrañaga