El beso de un niño

Autor:  Padre Justo López Melús

 


Es una equivocación pensar que el niño, todo niño, es un adorable angelito. Pero sí que los hay. Había en la cárcel un salteador de caminos, con varios crímenes a sus espaldas, apodado el Lobo, que era horriblemente feo. Un día se cruzó con un niño, el hijo del director de la prisión, y dijo al pequeño: «¿Me das un beso?». Y el niño, sin ningún reparo, lo besó.

Al poco tiempo estalló un motín y los reclusos atacaron al director por la espalda. Cuando iban a apuñalarlo, el Lobo se interpuso y desvió el golpe. Luego el director preguntó al Lobo por qué había hecho eso, y le contestó: «A mí me importa muy poco que usted muera o no, pero no querría que su hijo, tan pequeño, quedara huérfano. ¡Es el único niño que me ha besado en toda mi vida!».