La palabra del maestro

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Jesús dijo a sus discípulos: 
"Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: 
ellos creen que por mucho hablar serán escuchados. 
No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo 
sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.
Ustedes oren de esta manera:

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre, que venga tu reino,
que se haga tu voluntad 
en la tierra como en el cielo. 
Danos hoy nuestro pan de cada día. 
Perdona nuestras ofensas, como nosotros
perdonamos a los que nos han ofendido. 
No nos dejes caer en la tentación, 
sino líbranos del mal". 

Si perdonan sus faltas a los demás, 
el Padre que está en el cielo
también los perdonará a ustedes. 
Pero si no perdonan a los demás, 
tampoco el Padre los perdonará a ustedes.

Palabra del Señor

Dios Vivo y Fuente de la Vida, 
quiero decirte: "PADRE NUESTRO". 
Ayúdame a comportarme cada día como hija /o tuya /o.
Enséñame a tratar a los demás como hermanos. 

Quiero decirte: 
"PADRE NUESTRO, QUE ESTÁS EN LOS CIELOS".
Ayúdame a proyectarme más allá
de las preocupaciones terrenas.
Enséñame a trascender 
encontrando el valor divino de lo humano. 

Quiero decirte:
"PADRE NUESTRO, SANTIFICADO SEA TU NOMBRE".
Ayúdame a mencionarte 
con la admiración y gratitud que mereces,
porque amas la vida y no la muerte, el gozo y no el llanto. 
Enséñame a honrarte con amoroso respeto,
porque Tú esperas que haga el bien y no daño. 

Quiero decirte:
"PADRE NUESTRO, VENGA A NOSOTROS TU REINO".
Ayúdame a hacerlo presente buscando la verdad y la justicia, 
la dignidad y la libertad.
Enséñame a crecer en fe y esperanza, 
fidelidad y lealtad, fraternidad y amor.

Quiero decirte: 
"PADRE NUESTRO, HÁGASE TU VOLUNTAD".
Ayúdame a vivir en armonía con el mundo que Tú hiciste.
Enséñame a seguir tu recto y justo camino, 
tal como te obedece confiado,
el gran universo que Tú creaste.
Quiero ser sabio como astros, estrellas y planetas 
que realizan dichosos tus designios, 
y aunque inmensos no se les ocurre rebelarse. 

Quiero decirte: 
"PADRE NUESTRO, HÁGASE TU VOLUNTAD
AQUÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO".
Ayúdame a creer que buscas siempre mi bien 
y a aceptar tu querer,
incluso cuando sea doloroso y no lo entienda.
Enséñame a buscar hacer lo que Tú deseas, 
sin dejar espacio al egoísmo y la ambición, 
la envidia y la violencia. 

Quiero decirte: 
"PADRE NUESTRO, DÁNOS HOY 
NUESTRO PAN DE CADA DÍA"
Ayúdame a satisfacer las necesidades terrenas, 
pero a buscar también el sentido profundo de la existencia, 
a decidir con convicción y actuar positivamente. 
Enséñame a compartir el pan de lo que tengo y de lo que soy
con los necesitados, para que a nadie le falte alimento, 
abrigo, vivienda, salud, educación ni tu palabra de vida.

Quiero decirte: 
"PADRE NUESTRO, PERDONA NUESTRAS OFENSAS".
Ayúdame a reconocer mi pecado; 
dame la gracia del arrepentimiento y de la conversión.
Enséñame a ser una persona auténtica
y que en vez de andar inventando justificaciones,
asuma en conciencia mis errores y faltas 
y pueda re-encontrarme contigo y mi prójimo. 

Quiero decirte:
"PADRE NUESTRO, PERDONA NUESTRAS OFENSAS
ASÍ COMO NOSOTROS PERDONAMOS 
A LOS QUE NOS OFENDEN".
Ayúdame a ser humilde y audaz al mismo tiempo, 
para que sepa dar el primer paso de pedir perdón 
a quienes he ofendido o dañado.
Enséñame a ser una persona comprensiva y generosa, 
para que con tu bondad, sea capaz de perdonar,
para que también Tú me perdones. 

Quiero decirte: 
"PADRE NUESTRO, NO NOS DEJES CAER EN TENTACIÓN".
Ayúdame a no dejarme seducir ni persuadir 
de que puedo ser feliz desconfiando de Ti.
Enséñame a no desafiarte recorriendo caminos distintos 
a los que me muestras Tú, pues sólo llevan a perdición. 

Quiero decirte: 
"PADRE NUESTRO, LÍBRANOS DEL MAL".
Ayúdame a tener presente que toda denigración, desunión, 
destrucción y desamor provienen del espíritu malo,
padre de la envidia y de la mentira, de la malicia y del odio.
Enséñame que con Jesús y en su nombre 
podemos "vencer el mal haciendo el bien". 

Quiero decirte:
"PADRE NUESTRO, AMÉN",
PORQUE TUYO ES EL REINO, EL PODER Y LA GLORIA, 
POR SIEMPRE, SEÑOR...