El hijo del rabino

Autor: Padre Justo López Melús

 

 

El rabino Abrahán tenía fama de santo y dejó este mundo rodeado del afecto de su comunidad. Cuando llegó a la otra vida los ángeles quisieron agasajarle y ofrecerle un homenaje. Pero el rabino, afligido y como ausente, no quería ser agasajado. Finalmente lo condujeron ante el Tribunal, donde se sintió rodeado de una infinita y amorosa benevolencia y oyó una voz que le decía:

– ¿Qué es lo que te aflige, hijo mío?
– Oh, Señor –respondió el rabino–, yo no merezco estos honores. Aunque fuera considerado un ejemplo para los demás, tiene que haber algo malo en mi vida, pues mi único hijo, a pesar de mi ejemplo, ha abandonado nuestra fe y se ha hecho cristiano.

Entonces el Padre Eterno le respondió:

– Eso no debe inquietarte, hijo mío. Comprendo muy bien como te sientes, porque tengo Yo un Hijo único que también se ha hecho «cristiano».

Esto dicen que le pasó a Teodoro Herzl, el fundador del sionismo.