Los buenos tienen miedo

Autor: Padre Eusebio Gómez Navarro OCD

Sitio del Padre

 

 

    Había una madre que no conseguía que su hijo pequeño dejara de jugar y regresara a casa antes del anochecer. De modo que, para asustarle, le dijo que el camino que llevaba a su casa era frecuentado por unos espíritus que salían tan pronto como se ponía el sol. Desde aquel momento ya no tuvo problemas para hacer que el niño regresara a casa temprano.

Pero, cuando creció, el muchacho tenía tanto miedo a la oscuridad y a los espíritus, que no había modo de sacarle de casa por la noche.

Entonces su madre le dio una medalla y le convenció de que mientras la llevara consigo, los espíritus no podrían hacerle ningún mal en absoluto.

Ahora el muchacho ya no tiene miedo alguno a adentrarse en la oscuridad fuertemente asido a su medalla.


Anthony de Mello



La fe, la confianza en Dios, alejan toda clase de temores. Siempre que Dios está presente, hay paz, tranquilidad. ¡No temas! Esta frase se repite tanto en el Antiguo Testamento (Jue. 6.23; Dan. 10.12), como en el Nuevo Testamento (Mc. 6.50). El temor y el miedo nos acechan.

El día 15 de mayo de 1981, en el estado Parc des Princes, en París, el rey del fútbol, Pelé, recibió el título de “Campeón del siglo”, en medio de una cerrada ovación de cuarenta mil espectadores. Después, en una entrevista, nos dejó estas hermosas palabras:

“Los hombres están cada vez más lejos de Dios. La religión está siendo colocada en un segundo plano. Los hombres buenos, que pueden hacer alguna cosa y cambiar esta situación, están con miedo. Vivimos en un mundo peligroso y esto me asusta. Y todo porque los hombres están lejos de Dios”.

Todos tenemos miedo. Miedo a la técnica sin alma de este nuestro siglo XX. Miedo a que la poca felicidad que teneos se nos escape de las manos. Miedo a la enfermedad de los nuestros. Miedo a que nos roben, a que hablen mal de nosotros. Miedo al futuro, al fracaso a la muerte. Miedo a nosotros mismos. Miedo a perder la poca esperanza que tenemos.

Es necesario educar y organizar nuestro mundo en Dios, porque cuando falta El en nuestras vidas, el Orebro humano se puebla de fantasmas hasta el fin de los siglos. ¿Q quién vamos a tener miedo?