La espiral de la violencia

Autor: Padre Eusebio Gómez Navarro OCD

Sitio del Padre

 

 

  Las injusticias de los malos sirven de excusa a las nuestras; ley del mundo es esta: Como trates a los demás te tratarán a ti.

Un labriego cazaba pajarillos con el espejuelo. El resplandor atrajo a una Alondra; en el acto, un Azor, que se cernía sobre los campos, se precipitó sobre la avecilla, que cantaba junto a su sepulcro. Habíase librado la infeliz de la pérfida estratagema, cuando se vio en las garras del rapaz, y sintió sus afiladas uñas. Mientras se ocupaba el Azor en desplumarla, quedó envuelto en las redes: “Pajarero, dijo en su idioma, suéltame; no te he hecho ningún mal” El Pajarero replicó: “Y ese animalito, ¿qué mal te ha hecho?

Jean de la Fontaine


La ley del mundo es: como trates a los demás te tratarán a ti. “El que la hace la paga”.

Una pareja de hermanos de un pueblecito de Extremadura, España, se lanzaron un día con dos escopetas y comenzaros a disparar en la calle contra todo lo que se movía, dejando muertas a diez personas y a otras tantas heridas. ¿Por qué lo hicieron? ¿Por odio? ¿Por venganza? ¿Por locura?

Es difícil averiguar las causas de una guerra y de cada acto de violencia. No solucionamos nada con echar las culpas a los otros; es necesario tener muy presente lo que Bernanós llama “la comunión de los pecadores”, pues, efectivamente, cada falta de amor o gesto de paz, está creando un estado de guerra, de violencia, de los unos contra los otros, porque no hubo suficientes pacificadores.

El 28 de julio de 1915, e papa Benedicto XV gritó a los contendientes de la primera guerra mundial: “Sea bendito el primero que levante el ramo de olivo y tienda la mano al enemigo, ofreciéndole la paz en condiciones razonables”.

Dios “no habla al hombre hasta que éste no ha logrado establecer la calma en sí mismo” (Alexis Carrel), hasta que no ha optado por la paz. Y si no escuchamos a Dios, viviremos en continua estratagema para ver cómo “desplumamos a los otros”, quedando envueltos en las redes del odio, de la venganza y de la violencia. Quien ha dado un paso por la paz, puede dar dos, y hacer que los demás den dos mil.

Es emocionante encontrarse con el ejemplo de algunos padres. Ha aquí el consejo de un padre a su hijo que partía para la guerra. Se lo dejó escrito en el bolso de su pantalón. Decía así: “No mates a nadie, hijo. Tu Padre, Joaquín”. No matar a nada, ni a nadie.


“La paz es don.
es ternura,
es mansedumbre,
es amabilidad,
es clemencia,
es rechazo de poder,
de dinero,
de violencia,
la PAZ es don de “sí”.

(Phil Bosmans)