Los límites del respeto 

Autor: Gonzalo Gallo González

 

 

Había una vez una planta muy joven que tenía exactamente cuatro hojas, y el jardinero ponía en ella grandes esperanzas.
Un día las cuatro hojas -según la moda- tuvieron una reunión de equipo y una de ellas dijo a las demás: "De hoy en adelante yo quiero prescindir del agua. Les pido que estudien mi plan, respeten mi libertad y me dejen vivir mi vida". 

Las tres hojas, llenas de buenas intenciones, decidieron respetar lo que su compañera les pedía.

Así, gracias a un curioso mecanismo, la planta quedó con un paraguas que libraba del agua a la hoja cuando llovía. Con el paso del tiempo la joven planta empezó a languidecer, pero las tres hojas no hicieron nada porque había que respetar a la cuarta. Al fin la planta se marchitó y murió; las cuatro hojas se secaron y el viento las dispersó. Todavía se están preguntando si el respeto es el
principal valor de la vida o si tiene sus límites.