El Salmón que buscó las alturas para morir

Autor: Manuel L. Balderas Flores 

 

 

He meditado profundamente en el interior sereno y acogedor de mi conciencia, ahí donde El y yo somos uno, en donde yo y El sabemos hablar, ahí, en ese interior de mi espíritu, en donde significo el sentido de mi vida, en donde doy razones par vivir, y me esfuerzo para moverme en la adversidad en mi esfuerzo de nadar contra corriente, ¡si! Como el Salmón, como ese pez que lucha en las hondonadas, en las aguas bajas, en las acequias, en las pocas lluvias, en la fauna que le busca para alimentarse, en la contracorriente de la incomprensión, en la burla de el envidioso, en los ataque de una fauna que busca debilitar el espíritu para igualar condiciones en la tentación mundana, pretendiendo justificarse, ahí, en donde el salmón tiene que buscar llegar a librar obstáculos como las grandes cascadas, que lo retienen en la frustración, intentándolo siempre sin desmayo, con constancia, y con tan solo su fe.

Y mas adelante, otro y otro obstáculo, uno mas y otro mas, pareciera que cada uno fuese mas grande que otro, en momentos de aguas tranquilas se confunden con espejismos de metas efímeras, y dan la confianza para
desfallecer, sin embargo, el salmón bien sabe que será en la cumbre hasta allá, hasta lo mas alto, en donde pocos alcanzan a llegar, en donde deberá desovar, en donde la vida dará vida, y ahí morirá, para vivir, para . . . .
vivir eternamente.