El tamaño de la fe

Autor: Armando Fuentes Aguirre 

 

 

Los incrédulos le pidieron a San Virila 
que hiciera algún milagro para poder creer.

—¿Qué clase de milagro quieren –les preguntó Virila.

—Uno muy grande –respondieron ellos.

—Todos los milagros son grandes –les dijo San Virila–, 
aún los más pequeños. 
Haré, entonces, un gran milagro pequeño.

Tomó un poco de barro en su mano, 
le dio forma de un gusanito y luego sopló sobre él. 
Cobró vida el barro, 
y trepó el gusanito por el brazo de San Virila
para esconderse bajo la manga de su hábito.

—Demasiado pequeño es el milagro 
–habló burlón uno de los escépticos–.
Nuestra fe, por lo tanto, será también pequeña.

San Virila contestó:

—La fe no es del tamaño del milagro. 
La fe es del tamaño del corazón de quien la tiene. 
Y cuando la fe se lleva en el corazón 
ni siquiera necesita milagros...