La soledad

Autor: Miguel de Unamuno

 

 

Sólo la soledad derrite esa espesa capa de pudor 
que nos aísla a los unos de los otros; 
sólo en la soledad nos encontramos;
y al encontrarnos, encontramos en nosotros 
a todos nuestros hermanos en soledad. 
Créeme que la soledad nos une tanto 
cuanto la sociedad nos separa. 
Y si no sabemos querernos, 
es porque no sabemos estar solos.
Sólo en la soledad, 
rota por ella la espesa costra del pudor 
que nos separa a los unos de los otros,
y de Dios a todos, no tenemos secretos para Dios; 
sólo en la soledad alzamos nuestro corazón
al Corazón del Universo; 
sólo en la soledad brota de nuestra alma 
el himno redentor de la confesión suprema.
No hay más diálogo verdadero 
que el diálogo que entablas contigo mismo, 
y este diálogo sólo puedes entablarlo estando a solas.
En la soledad, y sólo en la soledad, 
puedes conocerte a ti mismo como prójimo; 
y mientras no te conozcas a ti mismo como prójimo, 
no podrás llegar a ver en tus prójimos otros yos. 
Si quieres aprender a amar a los otros, 
recógete en ti mismo.