Tu sol de cada día

Autor: Phil Bosmans

 

 

Acepta cada nueva mañana como un regalo, como un don y, si es posible, como una fiesta.
No te levantes demasiado tarde. Mírate en el espejo, sonríete a ti mismo, date los buenos días: así tendrás un cierto entrenamiento para decirlo también a los demás. Si conoces los ingredientes del "sol" puedes prepararlo tú mismo como tu comida cotidiana.
Toma una buena dosis de bondad, añade mucha paciencia; paciencia contigo mismo, paciencia con los demás.
No olvides aquella pizca de humorismo que hace digerir las contrariedades.
Mézclale una buena dosis de interés por el trabajo y vierte sobre el conjunto una gran sonrisa: ¡así obtendrás tu sol de cada día!