Seguidores de un perseguido

Autor:  Padre Guillermo Ortiz SJ.

 

 

Hay momentos en los que aparece la fuerza del cristianismo. En el Jubileo por los 2000 años del nacimiento de Jesús, por ejemplo en muchos lugares del planeta, especialmente en Roma y en Jerusalén, se juntaron millones de cristianos que proclamaron su fe en acontecimientos espectaculares y multitudinarios. Eso ayudó

a muchos a no sentirse solos como cristianos.

Pero el espectáculo multitudinario no es lo común del cristianismo. Los cristianos son esencialmente los seguidores de un predicador del amor, perseguido y crucificado que, mientras unos decían que sus discípulos lo habían robado de la tumba mientras los soldados dormían, ellos afirman que ha vuelto a la vida y que se les

presentó vivo, con las llagas del crucificado.
Por este testimonio de los primeros discípulos, el cristiano cree que Jesús es el Hijo de Dios, y se transforma también él en un predicador del amor con sus palabras y su vida. Y si vive su fe con coherencia, en la mayoría de los casos es excluido y perseguido como Jesús, pero con la esperanza de resucitar como Jesús.
¿Qué pensás de esto?


Fuente: Reflexiones 21, Misión Jesuita Multimedia - Compañía de Jesús - Argentina