Jesús quita la pena y la sombra

Autor:  Padre Guillermo Ortiz SJ.

 

 

Aunque la noche nos abrace en la intemperie, el sol rompe siempre su oscuridad tenebrosa y nos permite ver las cosas y el camino.
Esta lucha del cosmos entre el día y la noche, entre la luz y la sombra, pasa también dentro del hombre. La pena y el sufrimiento entenebrecen mucho más que la noche el corazón humano, aunque sea temporalmente de día y el sol está radiante. El alma triste y con miedo está siempre en la noche.
Pasa también que aunque sea de noche, puede haber mucha luz en el alma, la luz de la alegría y la esperanza... la luz de la fe.
Jesús resucitado es Sol del alma. Solo Jesús puede quitar la pena y la sombra del corazón del hombre con su Presencia resucitada. Solo Jesús puede quitar el miedo, y aliviar la pena y el dolor que sentimos por el hambre y el sufrimiento de tantos niños, tantos hombres y mujeres sin trabajo, tantos ancianos abandonados. Solo Jesús nos venga de la impotencia y el sufrimiento con su triunfo sobre la muerte y el mal.
Jesús exorciza la sombra del alma humana; esas tinieblas que necesita la corrupción para ocultar el robo, la mentira y el crimen. Los corruptos, mentirosos, ladrones y asesinos maquinan y se mueven en las sombras...
Abramos el corazón a Jesús resucitado, para que la luz de su amor invencible y herido nos cure de la pena y conjure las sombras.


Fuente: Reflexiones 21, Misión Jesuita Multimedia - Compañía de Jesús - Argentina