Dos amores

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Estamos acostumbrados a separar el amor de Dios del hermano. Tal lo confirma, en parte, una 
inscripción en el atrio de la basílica del Sagrado Corazón, en Lugano, Suiza, que reza así: “Aquí se 
entra para amar a Dios y se sale para amar al prójimo”.