Cómo hacer caridad 

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En cierta ocasión, le preguntaron a Isabel de Hungría de qué forma se podía dar limosna si no se tenía dinero.
“Descuidad, contestó Isabel, la escasa economía no es impedimento para la caridad, ya que siempre tenemos dos ojos para ver a los pobres, dos oídos para escucharlos, una lengua para consolarlos y pedir por ellos, dos manos para ayudarlos y un corazón para amarlos”.