Vivir cada día como el último
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Un grupo de estudiantes consultó con uno de sus maestros preferidos para que les ayudara en un problema. El maestro hizo lo más que pudo para ayudarlos, y finalmente les dijo:
–– “El día anterior a su muerte vivan para Dios”.
–– “Pero, ¿cómo podemos hacerlo? No sabemos qué día vamos a morir” –objetó uno de los chicos.
–– “Entonces –sonrió el maestro– vive cada día como si ese fuera el día anterior a que mueras. Es tan sencillo como eso”.