Una buena ensalada

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Francisco de Sales tenía dos hermanos más: Juan y Luis. Los tres formaban una extraña asociación. Nadie se explicaba cómo era posible que siendo de carácter tan radicalmente distinto se llevasen tan bien entre sí. 
“Lo que ocurre –dijo Francisco– es que los tres formamos una buena ensalada: Juan, que es más áspero, es el vinagre; Luis, gracioso y festivo, la sal; y yo, que soy más paciente, el aceite. Si faltara algún ingrediente… ¡el sabor no sería el mismo!”.