Lo esencial y lo secundario

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Un hombre se perdió en el desierto. Estaba a punto de perecer de sed, cuando aparecieron algunas mujeres que venían en una caravana. El hombre, al borde de la muerte, gritó pidiendo auxilio. Cuando las mujeres se aproximaron a él, rodeándolo, pidió agua urgentemente. 
Las mujeres empezaron a mirarlo con detenimiento, y comenzaron a preguntarse cómo querría el hombre que le sirvieran el agua: ¿en un recipiente de oro o de plata?, ¿tal vez en una jarra?...
Ellas hablaban y hablaban, interesándose por el objeto, pero, entretanto, el hombre iba agonizando por la ausencia de agua.