Matar el tiempo

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Dicen que al gran Saint-Saéns no le gustaba mucho los compositores aficionados. 
Un día, un joven médico le llevó una pieza de música para que la viera. 
–– “No sabía que usted componía” –dijo Saint-Saéns al médico.
–– “Bueno, es sólo para matar el tiempo”.
–– “¿Ah, sí? –repuso el músico–. ¿Es que ya se le han acabado los pacientes?”.