Cargas que parecen insoportable

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Cuando estamos sobrecargados, todo nos parece indiferente. El sol puede estar brillando, pero estamos tan tristes que no lo notamos. Los pájaros cantan, pero tenemos los oídos llenos con los gritos de nuestros corazones, gritos de dolor, de tristeza y desfallecimiento. Ponemos distancia entre nosotros y los demás, mientras que nuestros problemas absorben nuestro tiempo y atención. Quizás estamos cargados por expectativas no satisfechas, un trauma o una muerte repentina, o simplemente por tener demasiadas responsabilidades. Otra posibilidad es que el pecado esté causando abatimiento de corazón. Pero, sea cual sea la causa, el resultado es el mismo: un peso aplastante. Lo único que varía es la cantidad del peso. 

En medio de nuestra desolación, viene la voz del Dios todopoderoso invitándonos a acercarnos y a encontrar descanso en Él. "Así dijo Yahveh: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma... (Jer. 6,16).

Levantemos la mirada al Padre celestial ahora mismo? Jesús ofrece el agua de vida; tomemos tiempo para beberla, hasta que nuestra alma esté suficientemente fortalecida para encontrar el camino. Con la ayuda del Espíritu Santo, demos un paso, y luego otro, hacia esa senda que nos llevará a Jesús, y Él nos dará la paz que nuestro corazón necesita.