Como se queman las naves

Autor: Texto extraído de la lista de la Acción Católica (Rodrigo Olaizola - Diócesis de San Isidro Parroquia. Jesús en el Huerto de los Olivos)

En el año 335 A.C., al llegar a la costa de Francia, Alejandro Magno debió enfrentar una de sus más grandes batallas. Al desembarcar, comprendió que los soldados enemigos superaban en cantidad, tres veces mayor a su gran ejército. 

Sus hombres estaban atemorizados y no encontraban motivación para enfrentar la lucha, habían perdido la fe y se daban por derrotados, el temor había acabado con aquellos guerreros invencibles. 

Cuando Alejandro Magno hubo desembarcado a todos sus hombres en la costa enemiga, dio la orden de que fueran quemadas todas sus naves. 
Mientras sus naves se consumían en llamas y se hundían en el mar reunió a sus hombres y les dijo: " Observen como se queman los barcos, esa es la única razón por la que tenemos que vencer, ya que si no ganamos no podremos volver a nuestros hogares y ninguno podrá reunirse con sus familiares nuevamente, ni podrá abandonar esta tierra que hoy despreciamos. Debemos salir victoriosos de esta batalla, ya que solo hay un camino de vuelta y es por mar. Caballeros, cuando regresemos a casa, lo haremos de la única forma posible, en los barcos de nuestros enemigos". 

Cuántas veces la falta de fe, el temor y la inseguridad, el estar atado a lo seguro, nos priva de conseguir nuevos éxitos, nos hace renunciar a los cambios, nos hace renunciar a los sueños, nos hace negar los anhelos y las metas que están grabadas en lo más profundo de nuestros corazones. 

Cuántas veces la seguridad de poseer algo, nos hace renunciar a la posibilidad de conseguir algo mejor. 

Cuántas veces lo que tenemos fácilmente a nuestro alcance nos impide crecer, haciendo que la seguridad se convierta en mediocridad, en fracaso y monotonía. 

Debemos saber que perseverando todo puede lograrse, que el amor y la fe nos dan la fuerza necesaria para obrar milagros en nuestras vidas, si así lo deseamos, que las personas perseverantes inician su éxito donde otras acaban su fracaso, que ningún camino es demasiado para un hombre que avanza decidido y sin prisa, teniendo claros sus objetivos. 

El ejercito de Alejandro Magno venció en aquélla batalla, regresando a su tierra a bordo de los barcos conquistados al enemigo. 

Los mejores hombres no son aquellos que han esperado las oportunidades, sino quienes las han buscado y las han aprovechado a tiempo, quienes han asediado a la oportunidad, quienes la han conquistado. La conquista puede ser un amor, conocimientos, trabajo, riquezas materiales o espirituales, todo esta al alcance de cada uno, cada uno puede plantearse las metas y los objetivos que desee. 

Las condiciones para lograr éxitos no son siempre fáciles, no hay otro método que trabajar duro, ser tenaz, soportar, tener fe, luchar, creer siempre, no rendirse y jamás volver la espalda.