"Con pan y vino se anda el camino"

Autor: Padre José Luis Hernando

 

 

Paz y bien para todos.

Recuerdo el dicho aquel tantas veces repetido entre nosotros. “Con pan y vino se anda el camino.” También recuerdo que de pequeño recorría el camino de mi casa a la escuela o a la iglesia con un buen trozo de pan de hogaza, mojado en vino y cubierto de azúcar, era a veces la dieta, pues, que teníamos en aquellos tiempos después de la Guerra Civil Española donde el hambre atacaba a todas las personas y comer pan mojado en vino con azúcar era propiamente un plato exquisito y una excepción o privilegio.

Con esta dieta, pues aquellos tres kilómetros entre el caserío y el pueblo se hacían más cortos y más llevaderos para mí que era un pequeño niño. Cuando la economía doméstica fue mejorando, cuando los tiempos, ya de la postguerra fueron cambiando, seguí comiendo pan, pero esta vez con dulce hecho en casa. 

Sobretodo me encantaba el dulce de calabaza que hacía mi mamá. Como a ningún tonto le amarga un dulce, pues enseguida descubrí que el dulce era más sabroso que el pan, por eso guardaba el pan y seguía pidiendo dulce, que mi madre ponía sobre el mismo pan. A veces harto de dulce sin que nadie me viese, y pobre de mí si me veían, echaba el pan al perro y tan contentos el perro y yo por supuesto. 

Hoy todo ha cambiado, tenemos pan de sobra y por miedo a engordar lo echamos a un lado. Tenemos también demasiados dulces, que aunque engordan, todos superan la tentación de no saborearlos, o pocos superan esa misma tentación. Pero, hay mas detrás del simple hecho de un pan y de unos dulces y es a lo que voy. El pan es alimento básico para la humanidad, junto al pan están otros granos, como el maíz, el arroz, los frijoles, los garbanzos que indudablemente es el alimento que está pues, manteniendo a nuestra humanidad, inmensa, multitudinaria, millonaria en habitantes, los está manteniendo en pie gracias a los granos.

Todas estas semillas fíjense bien nacen verdes y frescas, después florecen en espigas, en mazorcas y cuando se doran, se cosechan, se laboran se degustan, se llevan al molino y se hornean.

Así siempre nos atrae mas lo frondoso y llamativo que lo seco y lo árido. Nos gusta el dulce, lo fácil y sabroso, mientras que el pan lo dejamos a un lado, o como mucho lo pasamos bien envuelto en mantequilla o en mermelada.

Cuando la gente ve que Cristo hace milagros, pues se siente entusiasmada y le sigue fanáticamente podríamos decir. Un día con sus estómagos satisfechos de pan y de peces, está en Juan el Capítulo 6. Nada menos que votan para elegir a Cristo como su rey, su alcalde, su todo. Pensaban que con él siendo el dueño del pueblo nadie tendría que trabajar para comer. Siempre la mesa estaría puesta, siempre bien abastecida por aquel rey a quien ellos ya consideraban un divino panadero. 

Pero, aquel panadero, despensero sacudió sus consciencias haciendo un llamado a la sinceridad. “Ustedes me siguen y me buscan, no porque crean en los milagros, no porque crean en mi palabra, no porque les interese seguir mi mensaje, sino porque se llenaron de pan.” “Y yo les digo, que no se contenten con los alimentos que se acaban pronto o tarde, sino mas bien busquen el pan que da vida eternal.”

Mas o menos Jesús les quería decir, no sean como niños que se contentan con dulces y más dulce y acaban por tirar el pan. Renuncien al dulce de lo fácil de lo cómodo, al del egoísmo, al dulce del vicio y del placer, el dulce del abuso y la ambición desmedida. El dulce del orgullo y de la envidia. Renuncien al dulce que empalaga, al que engorda y envenena la sangre y la vida. Mas bien busquen el pan de cada día, el del trabajo honrado y bien hecho. Busquen el pan de la amistad que hace más llevadero el peso y el cansancio del camino, busquen el pan del amor y de la familia que puede endulzar y suavizar la aridez del dolor y de las dificultades.

Búsquenme a mí nos dice Jesús, que soy la vida y el camino y la verdad, que soy tu mejor guía y compañía, déjense de estar pidiendo dulces, olvidando al pan vivo que soy yo mismo, que es mi misma vida, porque yo soy el camino vivo y verdadero. Vida, camino y verdad.

Los diabéticos saben muy bien el daño que hace el dulce en su organismo y tratan de huir de él y de estar siempre pues prevenidos para no comer cosas dulces. Enseguida lo notan, la solución ya se sabe, menos flan y mas pan. La diabetes, avanzada y no cuidada puede llevar a fatales consecuencias. Si el exceso de dulce puede destruir un organismo. ¿Que pasará en el organismo del espíritu?

Hay personas que desde niños crecen acostumbrados al dulce, a lo fácil, se les complace en todos los gustos y caprichos. Se les esconde el pan y se les da mucho flan o mucha mermelada. Se les malcría por todos los lados y a todas las horas y en todas las edades así van engordando su ego y al mismo tiempo van debilitando su voluntad. No se les menciona para nada lo que significa disciplina, orden, carácter, esfuerzo, estabilidad, responsabilidad, paciencia. Por eso el diabético de espíritu ante la mínima dificultad grita, patalea, insulta hasta que logre su dulce, su gusto, su droga, su capricho, sin importarle nadie mas, y son diestros manipuladores, muchos niños de unos padres que están siempre dispuestos a dar dulces pero que han olvidado el pan de cada día que es el pan del orden y de la disciplina.

Me da mucho miedo estos seres humanos malcriados y peor educados, son esas personas a quienes todo se les facilita y nada se les niega, a quienes nunca se les pone en situaciones en las que puedan desarrollar su responsabilidad y libertad.

Son aquellos a los que nunca se les ayuda a sabe ganar con su esfuerzo y talento el pan de cada día. Siempre hay alguien que provee el fácil alimento, o el fácil milagro del dulce, el milagro destructivo que a la larga termina empalagando e inutilizando a este ser humano.

Por el amor de Dios no injerten en sus hijos o en sus nietos o en sus amigos la diabetes del espíritu, es decir el egoísmo y el despotismo que es el peor veneno del amor sincero. Por supuesto no se trata de amargar la vida, pero no se la azucaren tanto con exceso de sacarina que terminen por no saber lo que es esa misma vida convirtiéndose en unos amargados, unos déspotas, unos manipuladores, unos seres inútiles y unos eternos insatisfechos. No habría dulces suficientes para calmar esta sed o detener el ansia de mas sacarina que es una dulzura, (entre comillas) demasiado artificial.

Les deseo a todos mucha paz y mucho bien.