Decálogo sobre la educación de los hijos
Autor: Cardenal Gomá
Nunca exigir de los hijos lo que antes no haya practicado el padre con su buen ejemplo, y darlo en todo caso.
Pensar bien lo que se manda, y no mandar ni corregir con arrebatos ni con gritos.
Exigir siempre una obediencia pronta, sin réplica ni contradicciones.
Dar a los hijos verdaderas pruebas de cariño y exigirles el debido respeto.
Evitar a todo trance cualquier desavenencia entre el padre y la madre delante de los hijos.
Acostumbrar a los hijos, desde pequeños, al trabajo y vigilar mucho los compañeros que tengan.
Encomendar los hijos a Dios todos los días, y hacer que ellos también se encomienden.
No concederles nada de lo que pidan a gritos, con ceño o refunfuñando.
Reprenderlos con dulzura y castigarlos con sangre fría, no en el momento de su ira, sino cuando hayan recobrado la calma.
No enseñarles la ira y la venganza contra la piedra en que tropezaron.