Decir Si

Autor: Michel Quoist

 

(El ángel Gabriel) entrando a ella (María) le dijo: Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo. Ella se turbó al oír estas palabras y discurría qué podía significar aquel saludo. El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios, y concebirás en tu seno y darás a luz a un hijo a quien pondrás por nombre Jesús...El será grande y llamado Hijo del Altísimo...porque nada hay imposible para Dios. Dijo María: He aquí a la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra. (Lc 1, 28-38)

Me da miedo decir "sí".

A dónde me terminarás llevando? me da miedo firmar la hoja en blanco, me da miedo decir un "si" que traerá cola.

Y con todo, no puedo vivir en paz,

Tú me sigues, me cercas por todos lados.

Y yo busco el ruido porque me da miedo oírte pero Tú te deslizas en el menor silencio.

Yo cambio de camino cuando te veo venir pero al fin de este nuevo sendero Tú me estás esperando.

En todas partes te encuentro...

No hay modo de escaparme de TI !!!

Y yo tengo miedo de decir "sí",Señor.

Tengo miedo de darte la mano: te quedarías con ella.

Tengo miedo de cruzarme con tu mirada: eres un seductor.

Tengo miedo de tu exigencia: eres un Dios celoso.

Tú eres más fuerte, Señor, Tú posees el mundo y me lo quitas.

Cuando extiendo la mano para tomar a una persona o una cosa, todas se desvanecen delante de mis ojos.

Y no, no es agradable eso de no poder tomarse nada para uno: si corto una flor se me marchita entre los dedos, si lanzo una carcajada se me hiela en los labios, si danzo un vals me quedo jadeante y nervioso.

Y todo me parece vacío, todo se me hace hueco.

En torno a mí Tú has hecho el desierto.

Y tengo hambre y sed ...y el mundo no podrá alimentarme.

Pero si yo te amaba, Señor!

Qué es entonces lo que yo te he hecho?

Yo trabajaba para Tí, yo me entregaba.

Oh gran Dios terrible, qué más quieres?

Hijo mío, Yo quiero más de Tí y del mundo.

Antes tú me dabas tu acción, y eso no me sirve para nada.

Tú me invitabas a bendecidla, querías interesarme en tu trabajo.

Pero fíjate bien: al hacerlo, invertías el juego.

Yo antes veía tu buena voluntad, te seguía con los ojos, pero ahora QUIERO MAS: no se trata de que tú hagas tu acción, sino la voluntad de Tu Padre del Cielo.

Di "sí" hijo mío. Necesito tu "sí" como necesité antaño el de María para venir al mundo, porque soy YO quien debe meterse en tu trabajo, estar en tu familia, en tu barrio, YO Y NO TU.

Porque es mi mirada la que penetra y no la tuya, es mi vida la que transforma y no la tuya. Dame todo, ponlo en mis manos.

Yo necesito tu "sí" para descender a la Tierra. Necesito tu "sí" para seguir salvando al mundo.