Descubrir lo importante

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Yo era una persona normal y corriente. Tenía cierta inquietud. Vivía en un mundo tranquilo y monótono. Tenía lo que tú tienes; lo que tiene todo el mundo: familia, casa y cama; un puesto para estudiar; televisión, radio, ordenador personal y fines de semana; dinero para permitirme algún capricho, y muchas cosas que no apreciaba. Nunca pasaba hambre.

Pero yo no era un privilegiado. Otros tenían más suerte que yo. Yo era una persona como se estilaba en mi ambiente. Pasaba de lo que no me iba; hablaba de amor, libertad y justicia. De canciones, discos y futuro. De cosas insustanciales. Me consideraba un progre, y me aburría como una ostra. Anhelaba superarme y sobresalir entre los demás, que era lo que estaba de moda. Yo no era distinto de los otros. Yo era como la mayoría. Yo vivía. Y hasta de vez en cuando tenía rasgos de imaginación, gracia, inquietud, justicia... Yo no era un bicho raro. Deseaba vivir mejor y soñaba con ser mayor y libre. Mis problemas me fastidiaban. No estaba conforme con mi suerte...

Pero aquella noche tuve un sueño. Viajé a un mundo alucinante. Fue un viaje maravilloso y angustioso al mismo tiempo. Fue un sueño apasionante. Me sentí sumergido en un mundo diferente. Mis ojos y oídos se habían hecho desmesuradamente grandes. Podía verlo todo, oírlo todo. Mi cuerpo superaba las barreras del espacio y del tiempo...

El universo entero estaba constantemente ante mí, con su grandeza y miseria, provocándome, obligándome a reaccionar, a responder, a tomar partido. Mi mundo de todos los días estaba ante mí, de forma nueva y distinta.

De pronto, empezó a resonar a mi alrededor una voz que me sobrecogió: "Hacen falta brazos. ¿Lo has oído? ¡Brazos! ¿Qué haces ahí, parado, pensando sólo en ti? Hacen falta brazos. ¿Lo has oído? ¡Brazos! ¿Es que crees que tus problemas son los más importantes y los únicos que existen? Hacen falta brazos. ¿Lo has oído? ¡Brazos! No puedes vivir con los ojos cerrados a la realidad. Tú eres un privilegiado. ¡Tú tienes suerte! ¡Eres un privilegiado!"

No sé lo que me pasaba. Las personas, antes lejanas, se iban acercando misteriosamente, con las manos abiertas, hacia mí. Y yo me puse a caminar, con alegría y miedo, a la vez, hacia ellas. Ya estaba casi junto a ellas y empezaba a distinguir sus rostros, cuando de repente todo se volvió contra mí. Una enorme niebla se interpuso en mi camino. De todas partes surgieron enemigos. ¡Era inútil! Tenía el paso cerrado. Me sentía perdido y sin saber a dónde dirigirme. Alguien me estaba dominando. No veía nada. Empecé a sentirme pequeño, muy pequeño, y con unas ganas enormes de volverme hacia atrás...

Fue entonces cuando desperté como oyendo una voz que decía: "No lo hagas. Detrás de la niebla hay muchas personas que esperan tu mirada. No tengas miedo. Voy contigo. Hay muchas personas que esperan nuestra mirada".

  

Aprende, que no puedes hacer que alguien te ame. Lo que sí puedes es dejarte amar.

Aprende, que toma años construir la confianza, y sólo segundos destruirla.

Aprende, que lo más valioso no es lo que tienes en tu vida, sino a quien tienes en tu vida.

Aprende, que no es bueno compararse con los demás. Pues siempre habrá alguien mejor o peor que tu.

Aprende, que "rico" no es el que más tiene, sino el que menos necesita.

Aprende, que debes controlar tus actitudes, o tus actitudes te controlarán.

Aprende, que bastan unos pocos segundos para producir heridas profundas en las personas que amas, y que pueden tardar muchos años en ser sanadas.

Aprende, que a perdonar se aprende practicando.

Aprende, que hay gente que te quiere mucho, pero que simplemente no sabe como demostrartelo.

Aprende, que el dinero lo compra todo menos la felicidad.

Aprende, que a veces cuando estás molesto tienes derecho a estarlo, pero eso no te da derecho a molestar a los que te rodean.

Aprende, que los grandes sueños no requieren de grandes alas, sino de un tren de aterrizaje para lograrlos.

Aprende, que amigos de verdad son escasos, quién ha encontrado uno, ha encontrado un verdadero tesoro.

Aprende, que no siempre es suficiente ser perdonado por otros, algunas veces debes perdonarte a tí mismo.

Aprende, que eres dueño de lo que callas y esclavo de lo que dices.

Aprende, que de lo que siembras, cosechas, si siembras chismes cosecharás intrigas, si siembras amor cohecharás felicidad.

Aprende, que la verdadera felicidad no es lograr tus metas sino aprender a ser feliz con lo que tienes.

Aprende, que la felicidad no es cuestión de suerte sino producto de tus decisiones. Tu decides ser feliz con lo que eres y tienes, o morir de envidia y celos por lo que te falta y careces.

Aprende, que dos personas pueden mirar una misma cosa y ver algo totalmente diferente.

Aprende, que sin importar las consecuencias, si eres honesto contigo mismo llegarás lejos en la vida.

Aprende, que a pesar de que pienses que no tienes nada más que dar, cuando un amigo llora contigo encuentres la fortaleza para vencer sus dolores.

Aprende, que retener a la fuerza a las personas que amas, las aleja más rápidamente de ti y el dejarlas ir, las deja para siempre a tu lado.

Aprende, que a pesar de que la palabra "amor" pueda tener muchos significados distintos, pierde valor cuando es usada en exceso.

Aprende, que amar y querer no son sinónimos sino antónimos, el querer lo exige todo, el amar lo entrega todo.

Aprende, que nunca harás nada tan grande para que Dios te ame más, ni nada tan malo para que te ame menos. Simplemente te ama, a pesar de tus conductas.

Aprende, que la distancia mas lejos que puedes estar de Dios, es la distancia de una simple oración. 

No te aburras de ser niño, apurado por crecer, que luego suspirarás por regresar a ser niño.

No pierdas la salud para tener dinero porque enseguida perderás el dinero para recuperar la salud.

No pienses ansiosamente en el futuro, descuidando tu hora actual, porque ni vivirás el presente ni el futuro.

No vivas como si no fueras a morirte, porque te morirás coma si no hubieses vivido.