Doce regalos

Autor: Charlene Costanzo 




Hace mucho tiempo, cuando los príncipes y princesas vivían en reinos muy lejanos, a los niños reales se les daban regalos especiales cuando nacían. Doce mujeres sabias del reino, o hadas madrinas como se les decía a menudo, viajaban velozmente al castillo cuando un príncipe o una princesa venía al mundo. Cada hada madrina proclamaba un noble regalo sobre el real bebé.
Una fría noche, en un humilde pesebre, en Belén, los Ángeles anunciaron la llegada del Redentor y entre la multitud de pastorcillos y gente sencilla aparecieron también las sabias ancianas, se reunieron para adorarlo y darle sus regalos. Se dieron cuenta que esa noche los doce regalos se convertían en herencia de Él para los niños del mundo, las sabias mujeres llegaron a entender que los doce regalos reales al nacer, pertenecían a cada niño, nacido en cualquier lugar, en cualquier momento. Un milagro ocurriría a partir de esta noche en todos los reinos de la Tierra.
En el maravilloso momento en que naciste, una gran celebración se realizó en los cielos y doce regalos magníficos te fueron concedidos por el Hijo de Dios:

El primer regalo es la Fortaleza. Puedes recordar llamarla cuando la necesites.

El segundo regalo es Belleza. Tus acciones pueden reflejar su profundidad.

El tercer regalo es Coraje. Puedes hablar y actuar con confianza y usar el coraje para seguir tu propio camino.

El cuarto regalo es Compasión. Puedes ser gentil contigo mismo y con los demás. Puedes perdonar a quienes te hirieron y a ti mismo cuando cometes errores.

El quinto es Esperanza. A través de cada pasaje y estación, puedes confiar en la bondad de la vida.

El sexto regalo es Alegría. Puedes mantener tu corazón abierto, iluminado por la luz del Evangelio.

El séptimo es Talento. Puedes descubrir tus propias habilidades especiales y contribuir con ellas hacia un mundo más cristiano y solidario.

El octavo regalo es Imaginación. Puedes alimentarla con tus visiones y sueños.
El noveno regalo es Respeto y Veneración. Puedes apreciar la maravilla que eres y el milagro de toda la Creación.

El décimo es Sabiduría Te guiará a través del conocimiento para entender las cosas de Dios. Puedes oír su suave voz. 

El undécimo regalo es Amor. Tal cuál nos amó el Señor, hasta dar la vida por los que amas.

El duodécimo regalo es Fe. Al que cree, todo le es posible.

Ahora sabes de los doce regalos del nacimiento. Pero hay más del secreto que aquellas mujeres sabían. “Usa bien tus regalos y hallarás otro entre ellos, busca y descubre estos nobles regalos en las otras personas. Comparte la verdad y mantente preparado para el despliegue del milagro mientras la profecía de las sabias mujeres se va haciendo realidad”.