El amor incondicional

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El amor incondicional ve el diamante en bruto. 
Está dispuesto a excavar en busca de piedras preciosas 
y a extraerlas de la tierra. 
Con ternura les lima los bordes ásperos, las pule 
y las abrillanta para que su hermosura 
sea manifiesta ante todos. 
Excavar en busca de piedras preciosas toma tiempo.
Requiere paciencia. 
Para extraer esa gema rutilante 
de las profundidades de la tierra 
hace falta mucha fe y amor incondicional.

Mi amor es incondicional. 
Amo a los mal parecidos. 
Amo a quienes resultan difíciles de amar. 
Amo a los apesadumbrados y solitarios. 
Amo a quienes bregan por seguir adelante, 
a quienes están perdidos y sumidos en la confusión. 
Mi amor incondicional se vierte una y otra y otra vez 
sin esperar nada a cambio. 

Mi amor es sin parcialidad. 
Yo no digo: "Este no me corresponde, no reacciona, 
total que lo doy por perdido". 
Mi amor es incondicional. 
Yo sigo creyendo. 
Nunca pierdo las esperanzas. 
Mi amor es longánimo e infalible.

Mi amor incondicional 
no conoce límites ni frena ante nada. 
Llega a cualquier extremo, 
sufre cualquier agonía, 
atraviesa cualquier tempestad para amar 
y conducir a la victoria a un alma perdida, 
solitaria y maltrecha.