El corazón, centro de unificación del ser humano

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

Libro: Momentos de paz

 

 

Es curioso que en los siglos IV y V, la época de los Padres de la Iglesia, es cuando se han escrito las páginas más bellas acerca del corazón.

Gregorio Palamas afirmaba que “es de la raíz última de nuestro ser temporal, transfigurado por el bautismo de Cristo y de la Eucaristía, de donde nace y brota la luz divina”.

Te miro sereno cuando meditas estas sencillas palabras. Veo que tu corazón bombea la sangre, la vida por todo tu ser. No te das cuenta. Tócate el pecho, tus manos, tus venas y notarás que desde hace años y con fidelidad enorme sigue alimentando todo tu ser.

Aprecia sus movimientos. Te indican que eres un ser estupendo. No abandones la caricia de tu corazón que te riega suave y delicadamente en cada instante de tu vida temporal.

Hay gente que tomado – como tú- conciencia de la riqueza de su corazón. Ve en él el centro de los afectos, la morada viviente en la que actúa la luz divina en cada momento.

¡Qué bello es mi corazón!, decía un joven al notar que su vida es transformación interna en su cuerpo y externa mediante la entrega a los demás.

Isaac el Sirio vivió esta experiencia que tú vives ahora hace ya muchos siglos. Y comentaba así: “ El corazón de aquel que visita su propia alma en todo momento goza de las revelaciones, El que recoge en sí mismo su contemplación contempla la irradiación del Espíritu.

El que ha conseguido vencer toda distracción contempla al Maestro en el interior de su corazón”.
No dejes de perder más tiempo. Levántate por la mañana alegre y dile gracias a tu corazón.

¡Vive hoy feliz!