El perdón

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Tu vida esta plena de logros, 
luchas y grandes esfuerzos, 
y aunque a veces no parezca 
cada día te vas acercando 
paso a paso a lo que tú quieres.

Pero ten cuidado, puedes tener un enemigo, 
capaz de destruir sin piedad 
lo que con tanto trabajo has construido. 
Me refiero a tus propios resentimientos. 

El resentimiento es como tomar un veneno 
para tratar de envenenar a otro. 
Mientras el dolor pasa, el rencor se queda, 
lo agravas,
como a una herida que no se deja sanar.

El resentimiento es un monstruo, 
que puede tener el tamaño que le des, 
lo puedes alimentar con los pensamientos 
de queja y de autocompasión, 
entre mas lo crezcas
mas partes de tu vida invadirá.

La energía que le das a ese fantasma, 
es la misma que puedes usar 
para construir tus sueños 
o la vida más plena y feliz que te mereces. 

Quien no perdona sin darse cuenta 
poco a poco se aísla, 
empieza a olvidar
o dejar de disfrutar lo grato de su vida.

Con el rencor te haces mas difícil, 
lo difícil y lo agradable se opaca 
con el tormento de la amargura.

Digno no es quien resiente, 
digno es quien perdona.

Que estúpida es la venganza 
que mantiene anclado el dolor.

La venganza sabia es dejarlo ir seguir adelante, 
es construirse en vez de destruirse.

El perdón es un regalo, 
para si mismo es regalarse la paz, 
es soltar la carga, 
es decidir mirar la luz de nuevo 
y con determinación caminar hacia ella,
hacia lo mejor de ti, de tu vida.

No perdones para que el otro cambie. 
acéptalo, el otro nunca va a ser como tú quieres,
eso no depende de ti.

No le des a nadie el poder de hacerte infeliz, 
perdona porque decides hacerlo,
retoma tu poder, tu inmensa capacidad 
de construir tu propia tranquilidad.