Eres una semilla diminuta pero muy importante

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

Libro: Momentos de paz

 

 

Una de las experiencias agradables de la vida es ir a vivir unos días en contacto con la naturaleza, con los otros y con Dios en Taizé.
Hay un día en que los hermanos, con sonrisa en los labios y relajados, da a todos los peregrinos una semilla de aquel lugar para que la planten en su respectiva ciudad o pueblo.

De esta forma, dicen, lo vivido aquí crecerá en otra parte. Los jóvenes recogen esta semilla con mucha alegría en sus corazones.

Va creciendo este arbolito plantado hace más de 60 años en un diminuto pueblo de Francia. Ahora está extendido en todos los cuatro rincones del mundo.

Te observo, amigo/a, como una semilla que crece en el jardín de tu persona. Cada día la riegas con tus dotes, la mimas con tus atenciones, la vivificas con el calor de tu alma y corazón.

Estas dando frutos cada día. Y muchas veces sin darte ni cuenta.
Frutos en tus servicios desinteresados por los que sufren; frutos alegres con los que están alegres; frutos jugando con tus hijos, amigas y amigos; frutos cuando detienes la marcha de tu trabajo profesional para perder el tiempo con los tuyos, que es, sin duda, la mejor manera de ganarlo.

Te invito este día a que hagas un ramillete con tus frutos.
Ve a tus padres y háblales de lo bien que estás, ,le das las gracias por el día en que la semilla de su amor, te engendró a ti para esta espléndida vida.


¡Vive hoy feliz!