La maldición del silencio

Autor: George W. Truett

 

Dos hombres vivían en las afueras de una ciudad y sus casas lindaban una con otra. Uno de ellos era cristiano y miembro de la iglesia, y lo había sido por muchos años, mientras que su vecino no lo era ni pretendía serlo.

El que pertenecía a la iglesia asistía al templo, y a la escuela dominical todos los domingos el otro no asistía a ninguna. Ellos iban a sus trabajos todos los días en el mismo tranvía, y así continuaron por muchos años. Los dos cayeron gravemente enfermos al mismo tiempo.

La esposa del que no era cristiano se afligió mucho porque ella era cristiana y se preocupó grandemente porque su esposo era un hombre perdido y le sugirió la idea de llamar a un cristiano piadoso para que le hablara de religión.

El movió lentamente la cabeza y le dijo: "No, de ninguna manera. Mi vecino es un cristiano, y por muchos años hemos caminado miles de millas en el mismo tranvía y hemos hablado de todos los asuntos sobre los que los hombres hablan, pero él nunca me ha hablado ni una sola palabra acerca de religión. Por supuesto que la religión de un hombre que la tiene y que andando tantos años conmigo, no me ha dicho nada acerca de ella, no significa nada para él. Si él pudo ir conmigo tantos años en silencio sin decirme nada sobre el asunto, iré a la eternidad como estoy". Así murió y entró en la eternidad.

¡Oh si pudiéramos apreciar el valor de las almas perdidas! - .