La oración del corazón y la oración en el corazón

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

Libro: Momentos de paz

 

 

La oración del corazón se remonta a los siglos III, IV y V sobre todo. Fueron los monjes quienes, en medio del desierto, hacían diariamente esta clase de oración mientras sus ojos limpios contemplaban y admiraban las dunas y los pequeños oasis de agua y arboleda.

Diadoco, obispo de Foticea, lo afirmaba así en el siglo IV: “ Los que no cesan de meditar en las profundidades del corazón el nombre de Jesús santo y glorioso podrán un día ver la luz del espíritu”.

Te pregunto: ¿Haces alabanza a Dios por el don de tu vida? Puede que no. Pasas los días y hasta más tiempo sin orar. Difícilmente podrás vivir esta intimidad divina de tu ser con la divinidad de Dios.

Esta tarde, mañana o noche, cuando meditas estas palabras, te invito que te adentres en tu ser interior para que detectes lo grandioso que hay en ti.

No pases desapercibido ante esta realidad. Esta oración de alabanza por lo que eres y lo que tienes, debe elevar tu corazón y tu espíritu a las alturas para sentir el gozo, la dulzura que harán que tus órganos desborden de alegría y de serenidad.

Haz que los latidos de tu corazón participen también de la oración.
Con los pulmones inspira el nombre de Jesús, ensancha tu cuerpo, y al expulsar el aire de tus pulmones di sencillamente: Gracias, Señor, vida.

Eres maravilloso. Vives en tu trabajo, estás en casa y, sin embargo, tus horizontes son tan amplios que llegan hasta la misma divinidad.

¡Qué suerte!

¡Vive hoy feliz!