Libertad y Responsabilidad

Autor: Padre José Luis Hernando

 

 

Paz y bien para todos


La libertad crea responsabilidad y supone madurez en la personalidad. Nos es libre por dejarse llevar del capricho, del impulso, del instinto inmediato, del egoísmo, o del interés como don. Ser libre supone ser dueño del tiempo, del talento, del pensamiento, y del sentimiento de las decisiones y de los proyectos.
Ser libre es ser dueño de uno mismo y ser capaz de crear su propio destino. Porque soy libre, puedo compartir y regalar vida, alegría, ánimo, o llevar la guerra, la tristeza, y la desilusión a los que me rodean. Porque soy libre, puedo dejarme llevar de mi egoísmo, logrando a toda costa mis planes, manipulando, dominando a los demás y, sin darme cuenta, me convierto en esclavo de mi capricho y de mi comodidad, aunque me sienta rey porque los demás tienen que someterse a mí.
Como ven, ser libre es algo mucho mas difícil y mucho mas importante que estar cacareando a todas horas de que soy libre porque vivo en el país de la libertad, donde cada uno hace lo que le da la lealísima gana. Es lo mas opuesto a la libertad, porque eso ni crea responsabilidad ni está demostrando o supone madurez en la persona que lo dice.
La libertad es la facultad de limitarme a mí mismo para evitar que otros sean los que me limiten. A veces el espeso de libertad conduce a la esclavitud y la despersonalización. Hay quienes, por ejemplo, por ser libres, sacuden todo principio ético religioso, o todo consejo familiar. Comienzan a experimentar las drogas, y acaban siendo esclavos de las mismas, de quien las extiende y la acaban siendo ellos dependientes de la droga, destruyendo su enfermedad y toda su persona.
Por demostrar ser libre, hay quienes van al matrimonio precipitadamente, sin pensarlo ni prepararse para nada, y terminan esclavos de su fracaso al mismo tiempo que esclavizan desgraciadamente a otros, como pueden ser, los hijos, o puede ser la otra pareja donde el matrimonio fue sencillamente una triste experiencia de irresponsabilidad y de falta de madurez también. Importante es ser libre, pero ser libre de verdad.
La lección es fácil de entender. Si no soy capaz de poner límite a mi libertad, si no soy capaz de dominar mis impulsos, si doy rienda suelta a mi egoísmo, a mi capricho, a mi gusto, a mi placer, a mi vicio, dejaré de ser libre de verdad. Para sentir como me limitan, como me esclavizan otros, y como me envuelven de aflicción en situaciones, circunstancias, dependencia, corrientes, influencias, de las que difícilmente podré salir y, si logro salir, tal ves habrá sido a costa de mucho esfuerzo y también de mucho dinero, porque hoy lograr que un drogadicto, por ejemplo, se recupere y cambie cuesta mucho dinero por todo el proceso de rehabilitación y todo el proceso de una terapia psicológica.
Por favor, si somos libres, respetemos, apreciemos, defendamos la auténtica libertad, la libertad que no nos hace esclavos de nadie por haber abusado de libertinaje que no es libertad.
La libertad no es la facultad de hacer lo que yo quiera, sino el derecho de poder hacer lo que yo deba. Hay una gran diferencia entre el poder y el deber. Podríamos combinar tres palabritas: El poder, el deber, y el hacer.
Poder, pues, podemos hacer tantas cosas, y no todas son siempre correctas y acertadas. El nombre del poder, de la libertad mal entendida, se hacen tantos disparates, se cometen tantos errores.
La tentación siempre se presenta como un desafío al poder. Siempre impide que tu hagas esto. ¿Qué tiene de malo el que te aproveches de este negocio? Que, puede ser que no sea tan limpio según lo que tu dices, pero todos lo hacen. ¿Por qué tú vas a hacer diferente? ¿Por qué no aprovechas está situación, que es bueno? Es verdad, puede poner en peligro tu matrimonio, pero nadie se va a enterar y, aprovéchala, porque tú vas a disfrutar. Y después dices, "Que me quiten lo bailado."
Poder - pues podemos hacer muchísimas cosas. Per lo importante es hacer lo que uno debe, que no siempre es lo más fácil y lo más agradable, ni a lo que el ambiente o la gente ayuda mucho. Lo importante es hacer lo que dice la consciencia, lo que una libertad bien formada y responsabilizada dice.
Ciertamente que la libertad es algo que hay que conquistar todos los días. Solo los esforzados lo logran. Los que ponen a trabajar su voluntad, y mantienen en equilibrio de integridad las piezas todas de su personalidad.
La libertad es terriblemente difícil, no cabe duda. Es una carga, es dura. Supone grandes luchas y sufrimientos.
La libertad se hace muchas veces heroica. Héroes son los que, encarcelados, a cambio de defender la libertad de sus principios y creencias, no se han dejado esclavizar por nadie, aunque sus cuerpos se debiliten tras unas rejas. Son los que valoran su dignidad. Son capaces desde defender su integridad, y no permiten que sea manchada su libertad interior de consciencia y de principios.
¿Saben ustedes cual es el peor enemigo de la libertad? Pues es uno mismo. El servilismo, la adulación, el depender de otros, el no tomar decisiones sin hacer frente a los grandes problemas de la vida, el ceder apáticamente, el dejar que otros piensen o resuelvan los problemas, el estar, cómodamente, situados en el trono de nuestro egoísmo.
Dios ha querido dejar al hombre en manos de su propia decisión, nos dice la Escritura, y le ha dado la libertad como el gol mas preciado y más precioso.
La verdadera libertad no es una meta que se consigue de una vez. Es algo que emerge de un proceso de conquista personal y de la integración de fuerzas corporales, afectivas, y morales. Felices los que dicen, "No" a lo que pueda limitar su libertad. Y felices sobre todo los que dicen, "Si" a Dios y a Su voz que suena en lo más íntimo y sagrado de cada uno. Y esta es la voz de la consciencia.


Que tengan todos mucha paz y mucho bien.