Pasadas las doce 

Autor: 



Pasadas las doce, al comenzar la mañana,
El cielo se abría para recibir una Santa.
Arriba habia fiesta, la música era sacra,
centenares de Angeles, cantaban y bailaban.
Dos de los más Bellos, cargaban a la Santa.

Pasadas las doce, al comenzar la mañana,
el cuadro era triste en casa de la Santa.
Eran siete hermanos, más el esposo de ésta.
Todos lloraban, había gran confusión entre ellos.
Todo era negro, y amargo en casa de la Santa.

Desde el más grande hasta el más pequeño,
todos querian asir las manos de ella.
Era tanto el dolor, que nada atinaban.
Sólo miradas perdidas había alrededor de la casa. Ya no había nada que hacer, había muerto la Santa.

Hay gran vacío en mi vida. Era mi madre la Santa. Sus ojos se cerraron, ya no hay luz en mi alma. Añoro tanto su calor, que siento frío en mi alma. Ahora mora con el Señor, mi madrecita santa. Pasadas las doce, quedó a oscuras mi alma.