Por un beso

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El Padre Campagnola asiste a una prisionera que ha sido terriblemente calumniada y está sufriendo por esto.

el Padre le dice " Si quiere que Dios la perdone, tiene que perdonar Ud. a quien la calumnió".

¡ Eso nunca!! exclama la amargada mujer. Y así era imposible administrarle los Sacramentos.

Un día al sacerdote se le ocurre una idea: le entrega una estampa de la Virgen y le dice: "De vez en cuando déle un beso a esta estampa y dígale que la ayude a perdonar y a salvarse.

A los dos días nota en la prisionera un especial brillo de alegría en sus ojos, y la oye exclamar "Padre, la Virgen me concedió el milagro de lograr perdonar.

 Ahora rezo por el bien de la persona que me calumnió, y siento como que un peso de mil toneladas se hubiera alejado de mis hombros.

El misionero exclamó entonces "Oh que grande es el poder de la oración, sobre todo cuando es ofrecida por medio de María".

"María es siempre fuente de alegría. Ella es garantía de grandeza femenina. La Madre de Dios enseña una forma muy especial de ser mujer entregándose totalmente al bien, y volviendo espiritual y santo lo que es carnal y material"