Posadas

Autor: Jorge Villegas

 

Es larga la lista de los que se perdieron un lugar en la Historia.
Por mezquinos. Por pobres de espíritu. Por tratar de lucrar.

Piense en el marino que rehusó viajar con Colón porque el almirante traía rotas las medias.

El fiscal obtuso que mandó a Cervantes a la cárcel por tracalero, en lugar de darle papel y pluma para escribir.

Piense en el hombre que vivía frente al Cura de Dolores, aquél que no quiso levantarse de la cama cuando oyó repicar la campana de la libertad.

0 en el jefe de redacción de The New York Times que se negó a aumentarle la paga a un oscuro corresponsal europeo llamado Karl Marx.

Se perdió su lugar en la Historia el vecino de Kafka, que nunca entabló conversación con ese "anémico con cara de burócrata".

Como lo perdió el que no quiso prestar unos dólares a los hermanos Wright para su avión de palos y tela "porque no me interesan los aparatos de circo".

A la distancia de los años, de los siglos, todos ellos nos parecen torpes, miopes.

Pero póngase en su lugar...

... si el 24 de diciembre le cae una familia sospechosamente pobre, con el cuento de que no tienen para la maternidad de la doña ni casa para reposar. ¿Les ayuda? ¿Les abre la puerta?