Se el Cisne

Autor: Roberto Shinyashiki

 

Tal vez el mayor desafío de la vida moderna sea el de ser nosotros mismos en un mundo que insiste
en modelar nuestra forma de ser.
Quieren que dejemos de ser como somos y pasemos a ser lo que los demás esperan que seamos.
Es más,
la propia palabra "persona" ya es una invitación para que dejes de ser tu.
"Persona" significa "máscara".
Exactamente:
Ponte la máscara y vete a trabajar.
O ve a la vida con tu máscara.
Tal vez el sentido del elogio:
"Fulano es una buena persona",
signifique en realidad:
"Él sabe usar muy bien su máscara social".

Pero, ¿Cuál es el precio de estar bien adaptado?

El número de depresivos,
alcohólicos y suicidas aumenta asustadoramente. Enfermedades de fondo psicológico como síndrome de pánico y síndrome de diversión no dejan de surgir.
Decirse estressado se volvió un lugar común en las conversaciones entre amigos y familiares.
Ese es el precio.
Pero peor que eso es la terrible sensación de desadaptación que parece perseguir a la mayoría de las personas.
Aquél sentimiento vago de que no estamos viviendo de acuerdo con nuestra vocación.

¿Y cuál es el gran modelo de la sociedad moderna?

Querer ser lo que la mayoría finge que es.
Querer vivir haciendo lo que la mayoría hace.
Esa es la cruel angustia de nuestro tiempo:
El miedo de ser rebasado en una carrera que
define quien es mejor,
basada en parámetros que, al final de la pista,
no llevan a las personas a ser felices.
¿Cuánta gente conocemos,
que vive corriendo atrás de metas sin lograr
mirar dentro de su alma para preguntarse donde exactamente desea llegar al final de la carrera?
Basta volver los ojos hacia el pasado para ver las represalias sufridas por quien osó salirse de los carriles,
y, aún más,
despertó en las personas el deseo de ser
ellas mismas.
¿Ves lo que le sucedió a John Lennon, Abraham Lincoln, Martin Luther King, Isaac Rabin?
¡Es muy peligroso no estar adaptado!
Esa misma sociedad que nos enyesa con sus reglas de conducta,
lucha intensamente para hacer de la educación un
pr oceso de producción en masa.
La mayoría de nuestras escuelas trabaja para formar estudiantes capaces de pasar en el examen de admisión a Licenciatura.
Son pocos los educadores que se preguntan si están formando personas para que asuman su vocación
y su forma de ser.
Cuántos casos de genialidad han sido excluidos de las escuelas porque estaban más allá de lo que el sistema de educación podría soportar.

Se cuenta que un profesor de Albert Einstein llamó al padre para decirle que el hijo nunca sería nada, porque no conseguía adaptarse.
¡Los Beatles fueron rechazados por la grabadora Deca!
¡El libro "Juan Salvador Gaviota"
fue rechazado por 13 editoriales!
¡El proyecto de Disney World fue rechazado por 67 Bancos! Los gerentes decían que la idea de cobrar un único ingreso en la entrada del parque no reportaría utilidades.
La lista de personas que necesitaron pasar por encima del rechazo porque no se adaptaban al esquema pre-existente es infinita.
La sociedad nos catequiza para que seamos una pieza más en el engranaje y quien no se amolda para ocupar el espacio que le corresponde será
criticado con impiedad.

Los mismos departamentos de entrenamiento de la
mayoría de las empresas hacen eso.
No perciben que el entrenamiento es cosa para perros, monos, elefantes.
Los Seres Humanos no deberían ser entrenados,
sino estimulados para dar lo mejor de si en
todo lo que hacen.
Resultado:
la mayoría de las personas se siente el patito feo e
imagina que todo el mundo se siente cisne.
Triste ilusión:
casi todo mundo se siente un patito feo también.

¡Aún es tiempo!
Nunca es tarde para descubrirse único.
Nunca es tarde para descubrir que no existe ni
existirá nunca nadie igual a ti.
Y en lugar de volverte un patito más,
elige asumir tu condición inalienable de cisne!