Todo lo que existe es Dios
Autor:
Un maestro enseñó a su discípulo: "Todo lo que existe es Dios".
El discípulo tomó esa enseñanza literalmente y no en su verdadero espíritu.
Un día, al pasar por una calle, vio que un elefante venía en sentido opuesto.
El cornac que lo dirigía y estaba sentado sobre el animal, gritaba: "¡Cuidado! ¡Deje pasar!"
El discípulo, sin embargo, arguyó para sí: "¿Por qué debo apartarme? Yo soy Dios y el elefante también es Dios. ¿Qué temor puede tener Dios de sí mismo?"
Reflexionando de este modo, siguió en la misma dirección.
Entonces, el elefante lo tomó con su trompa y lo arrojó a un costado.
Fue seriamente herido, y cuando volvió a ver a su maestro, le relató todo lo sucedido.
El maestro, entonces, le dijo: "Está bien; tú eres Dios y el elefante también es Dios; pero, Dios en la forma del cornac te previno desde arriba que te apartaras. ¿Por qué no hiciste caso a Su advertencia?"