Traigame la sopa

Autor: Jorge Bucay 

 

Cuentan que una mujer entró  a un restaurante   y pidió como  primer plato una sopa de espárragos.  Unos minutos después, el mesero le servía su humeante plato y se retiraba.

-¡Mozo! gritó la mujer, venga para acá.

-¿Señora? contestó el mesero acercándose.

-¡Pruebe esta sopa ordenó la clienta. ¿Qué pasa, señora? ¿No es lo que usted quería?

-¡Pruebe la sopa! -repitió la mujer.

-Pero qué sucede.. ¿le falta sal?

–Pruebe  la sopa!

-¿Está fría?

 -¡¡PRUEBE LA SOPA -repetía la mujer insistente.

-Pero señora, por favor, dígame lo que pasa.. dijo el mozo.

 -Si quiere saber lo que pasa.. pruebe la sopa dijo la mujer señalando  el plato.

 El mesero, dándose cuenta de que nada haría cambiar de parecer a la encaprichada mujer, se sentó frente al humeante líquido amarillento y le dijo con cierta sorpresa.

-Pero aquí no hay cuchara...

-¿Vio? dijo la mujer- ¿vio?... Falta la cuchara.

 Qué bueno sería acostumbrarnos, en las pequeñas y en las grandes cosas, a poder nombrar hechos, situaciones y emociones directamente, sin rodeos, tal como son.