Tu eres mi Señor

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Roca fuerte,

esperanza mía,

consuelo de mi alma,

te necesito cada dia.

 

Necesito de tus caricias,

de tus abrazos,

que me cobijes

y me protejas en tus brazos.

 

Gracias Señor, por enseñarme quien soy

tanto tiempo desperdiciado sin paz...

Te conocí crucificado

y seguiste allí hasta que te abrí la puerta de mi corazón.

 

Todos relataban tu nombre,

Tú eras el centro

pero para mi eras un centro muerto y no vivo.

 

Gracias Señor, porque hoy puedo contar contigo

porque no estas muerto y vives en mi;

Te hablo y me escuchas,

Te necesito y me abrazas,

me sostienes y me levantas cuando caigo.

 

Gracias Señor, porque me escogiste

me amaste tu primero,

me esperaste ...

Solamente esperabas que abriera mis brazos

para correr a mi encuentro.

 

Gracias por el gozo y la paz,

gracias porque lo cambias todo,

gracias porque me hablas en mi vida,

puliendo y perfeccionando

como un diamante a una roca

descubriendo así, una valiosa piedra.

 

Pienso en ti,

me sujeto en ti

y mi esperanza en vos confía.