¿Vives lejos?

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Tú no eres Señor, un Dios lejano. 
Tú estás lejos y estás cerca,
pero sobre todo cerca. 

Te nos has juntado tanto
que te has hecho como nosotros, 
has vivido entre nosotros,
con nosotros, por nosotros.

Te damos gracias por ello, 
pero también queremos recordar 
aquello que nos dijiste: 
Que sigues a nuestro lado. 

Es cierto: 
creemos que Tú estás en cada uno, 
habitando en nuestro interior, 
en lo profundo de nuestro ser. 

Desde adentro nos ayudas
a amar cada vez con más fuerza
y a conocer ese amor
que Tú nos tienes.

Gracias por el aliento
que nos das con tu presencia. 
Ayúdanos a acordarnos
con más frecuencia de Tí.