Yo se porque lo hago

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Escucha lo que le pasó a un filósofo:
Un día, se acercó a un pescador y entabló con él el siguiente diálogo:
-¿Para qué pesca usted?
-Vaya una pregunta... Para sacar peces.
-¿Para qué?
-Para venderlos.
-¿Para qué?
-Para vivir.
-¿Y para qué vivir?
- ¡Para pescar!
Poco conforme con esa respuesta, el filósofo se alejó, y viendo a un labrador, le preguntó:
-¿Para qué trabaja la tierra?
-Para sembrar.
-¿Para qué?
-Para poder comer.
-¿Para qué comer?
El labrador le miró con desdén, y sin responder, continuó su trabajo.
Andando, vio un niña que juntaba flores y, acercándose, le preguntó:
-Dime, niñita: ¿para qué juntas esas flores?
-Para ofrecérselas a la Virgen.
-¿Para qué?
-Para que me ame y me bendiga.
-¿Para qué?
-Para que después de muerta, ¡me lleve con ella al cielo!
Ante esta respuesta, el filósofo ya no preguntó más.
-¡Por fin he encontrado alguien que sabe por qué hace las cosas!
Es curioso. Muchas personas se afanan y trabajan para ganar dinero, más y más dinero, y lo único que consiguen es estar cada día más preocupados. ¡Y no son felices! Entonces, ¿para qué le sirve?